El rey sabio de Christine de Pizan, emergente de la tradición aristotélica medieval, abandona el campo restringido de la ciencia jurídica y de la ciencia militar para abrirse paso al horizonte de “la arquitectónica” marcado por el doble registro de lo clasificatorio y de lo operatorio. La configuración eclesial es reemplazada en su totalidad por una configuración monárquica concebida como una arquitectura de ciencias, encarnada en el soberano poseedor de la “sabiduría perfecta”. En un análisis que se extiende desde la anatomía (taxonomía de las ciencias) al funcionamiento (aplicación de los saberes) de la matriz regia, la problemática fundamental radica en decodificar las transferencias de sacralidad y de autoridad que se producen desde la clericatura a la monarquía. En un pasaje que va desde la reflexión teórica en torno a las jerarquías y contenidos de los diversos saberes, a su respectiva instrumentación política, la cuestión se sintetiza en una scientia principis que se presenta como la más perfecta consustanciación de las ciencias y de la política. Entre el potencial creador de un sistema, se debate, entonces, el rol de Christine de Pizan como pensadora política y su contribución a la historia de los modelos políticos occidentales, a partir de nuevas bases y fundamentos de sacralidad.